sábado, 17 de diciembre de 2011

Microscopía electrónica y células.

El Microscopio Electrónico de Barrido (MEB, SEMScanning Electron Microscope) ofrece imágenes de aspecto tridimensional y en blanco y negro. El color se añade más tarde, si se quiere, con el software apropiado.

(Grano de polen de Sildalcea malviflora. Louisa Howard, Charles Daghlian.Dartmouth College)

El cuerpo humano bajo el Microscopio Electrónico de Barrido al alcance de un click,en Youtube:

 

Las imágenes tomadas con el Microscopio Electrónico de Transmisión (MET o TEM, siguiendo sus siglas en inglés) no tienen, quizás, el glamour y la espectacularidad que las que se realizan con el Microscopio de Barrido y normalmente hace falta un cierto entrenamiento para poder interpretarlas correctamente. Sin embargo, han contribuido indudable y decisivamente en el conocimiento de las estructuras intracelulares que se tiene en la actualidad. Aquí, un par de ejemplos.
Muy recomendable la visita al Index de imágenes (imágenes de dominio público, por cierto, lo cual se agradece) de Microscopía electrónica del Dartmouth College.
En una de ellas se aprecian muy bien una pareja de desmosomas, incluyendo los filamentos intermedios que se adentran en el citoplasma:


En esta otra es perfectamente visible la estructura de un microtúbulo:




Membranas celulares, Jose Luis Sánchez Guillén, presentación colgada en Slide Share
C2 membranas pdf1
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De este mismo autor, otra presentación sobre sistemas de membrana celulares


Dont Stand So Close To Me by The Police on Grooveshark

jueves, 1 de diciembre de 2011

Pequeña historia enzimática.

 Wking04 at en.wikipedia
La enzima Alcohol deshidrogenasa (ADH), presente en la mucosa gástrica y en el hígado, realiza la descomposición del alcohol etílico, rindiendo un aldehído (acetaldehído) que rápidamente pasa a acetato, sustancia esta última fácilmente metabolizable por el organismo.
Esta enzima presenta estructura cuaternaria, ya que se trata de un dímero formado por dos subunidades polipeptídicas que exhiben una bonita combinación de zonas en hélice alfa, zonas en hoja plegada beta y zonas con estructura primaria sencilla,  como puede apreciarse en la imagen.

Ahondando un poco más, tendríamos que clasificarla dentro de las proteínas globulares, dada su forma, y de las heteroproteínas, puesto que consta de una parte proteica a la que se une porción no proteica. Funcionalmente, estamos frente a una proteína con función catalizadora o, lo que viene a ser lo mismo, de una enzima. En este caso, se trata de una holoenzima,  que en su Centro Activo presenta un coenzima, de naturaleza nucleotídica, el NAD+ , que es el verdadero responsable de la oxidación del grupo alcohólico a grupo aldehído, (en el proceso el NAD+ pasará a su forma reducida, NADH + H+). Completan el inventario químico de esta molécula  una serie de cofactores metálicos que variarán según el tipo de ADH que consideremos (normalmente Cinc, Zn, pero también Hierro, Fe, en algunos tipos de ADH. En la imagen de al lado estos elementos se representan como bolitas de color gris).

Aparte de estas interesantes virtudes bioquímicas, la enzima tiene la particularidad de que presenta una especificidad por su Sustrato de tipo grupal, de manera que no trabaja exclusivamente con el etanol, sino que no le hace ascos a cualquier otro alcohol sencillo que se le ponga por delante. Como consecuencia, la ADH  puede actuar sobre el metanol, más conocido como alcohol de madera o alcohol de quemar . El metanol se ha obtenido como subproducto no deseado en destilaciones caseras y ha sido una sustancia que se ha empleado, de forma verdaderamente criminal, como adulterante de etanol. Se trata de un compuesto altamente tóxico: pequeñas dosis pueden desencadenar ceguera y dosis algo elevadas pueden conducir a la muerte (*). Su toxicidad estriba no tanto en sí mismo como en que cuando se convierte en sustrato de la enzima ADH, ésta hace con él lo que mejor sabe hacer y que le da resultado con el etanol, convierte el grupo alcohólico en aldehído,  pero, a diferencia del caso anterior, el producto resultante no es precisamente inocuo, ya que esta vez se obtiene formaldehído y no acetaldehído (el formaldehído también es conocido como metanal y también por su otro nombre tradicional: formol). Este compuesto, ya de por sí malo, se comporta, del mismo modo que en la reacción detoxificante del etílico, como sustrato para otra enzima, la Aldehído deshidrogenasa, que transforma el formol en  ácido fórmico, otro compuesto químico que tampoco es especialmente saludable para nuestro organismo.

Una forma, aparentemente contradictoria, de combatir un envenenamiento producido por metanol resulta ser recomendar al afectado que beba más alcohol, pero esta vez alcohol del bueno, del que podemos encontrar en una botella de ron, whisky o similar destilado etílico de  afamada y reconocida marca comercial (aquí ya juega el gusto y paladar de cada uno).  La razón no estriba, como pudiera pensarse en un primer momento, en proporcionar al enfermo un agradable (dentro de lo que cabe) pasaje al otro mundo, sino atacar el problema desde un punto de vista bioquímico. La explicación la encontramos en que la enzima ADH presenta mayor afinidad por el etanol como sustrato que por el metanol (unas 22 veces más). Si conseguimos una concentración suficientemente alta de etanol, las moléculas de ADH lo atacarán preferentemente y se olvidarán del metanol. Esta saturación hará posible que no se formen los metabolitos tóxicos de esta reacción de manera que habremos salvado al enfermo, a costa, eso sí, de una cogorza de campeonato que puede que recuerde siempre.

(*La dosis tóxica del metanol se estima en 10-30 ml (100 mg/Kg), aunque ingestas menores han causado ceguera. Es letal por encima de 60-240 ml (340 mg/kg))

Fuentes: